Este es un tema que muchos líderes cristianos temen hablar, mejor prefieren hacer silencio y callar o solucionarlo con algunos versos bíblicos tomados literales y sin tomar en cuenta la cultura de la época. Tales versículos con relación a este tema se encuentran en los dichos de Cristo y otros en los dichos del apóstol Pablo. Ambos líderes tratan el tema con perspectivas diferentes y culturas desiguales. Cristo, por supuesto, para los judíos presentes y Pablo para gentiles greco-romanos. Pero antes de ser tajantes y recitar la biblia de manera literal con relación a algunos casos, que por lógica Dios jamás querría eso, pondremos un ejemplo: cómo podemos decir que una persona joven de 20 años, por decir una edad, se divorcie sin importar quien sea o la razón, esta persona porque fue causa de un divorcio debe quedarse sola toda la vida. Eso es insostenible dentro de la esencia divina, pero vamos a ver en este estudio qué era realmente una carta de divorcio y qué podía y qué no hacer la mujer y/o el hombre luego de un divorcio.
Vamos a entrar en materia, lo primero que debemos entender es el qué era realmente una carta de divorcio y cuál era la situación en que se encontraba Jesús en el momento que se expresó en Mateo 19 con el tema del divorcio.
La situación era la siguiente:
Entre los judíos había una diferencia de opinión en cuanto a lo que Moisés había enseñado con respecto al problema del divorcio. Había escrito: “Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado “erwath dœbhœr” en ella, le escribirá carta de divorcio” (Dt. 24:1). Pero, ¿qué se quiere decir por erwath dœbhœr? ¿Esta palabra significa una cosa escandalosa? Otras suposiciones son: alguna indecencia, algo inapropiado, conducta inapropiada, alguna cosa ofensiva, una cosa vergonzosa (LXX), etc.
Dentro del judaísmo existían dos escuelas de pensamiento que tenían diferentes interpretaciones con relación al divorcio, Shammai, que enseñaba que la única cosa por la cual se podía dar el divorcio era por adulterio y Hillel, que enseñaba que por cualquier cosa se podía divorciar un hombre, hasta por una comida que estuviera quemada o que le quedara mal a la esposa. Hasta se llegó a enseñar que el hombre podía divorciarse hasta por encontrar otra más bonita.
Veremos más detalles del tema Divorcio en otro estudio en el futuro, pero en este nos enfocaremos en lo permitido o no después de darse el divorcio.
La palabra repudiar que se usa en Mateo 19 viene del griego apolýo que significa “dejar suelto”, “dejar ir libre”. Según Deuteronomio 24:1 la Ley exigía entregar una carta de divorcio a la mujer repudiada. Actualmente los judíos le llaman “guet”.
El certificado de divorcio era una declaración bien simple donde el marido decía que dejaba libre a su mujer. Josefo escribe: «El que desee divorciarse de su mujer por la razón que sea, que establezca por escrito que no la tendrá nunca más como su esposa; porque de esta manera ella puede ser libre para casarse con otro hombre».
Entonces ¿qué quiso decir Jesús cuando dijo que el que se casa con la repudiada adultera y el divorciado también? Lo que sucede es que cualquier mujer cuyo marido la despida y no tenga su carta de repudio o guet, todavía está atada al marido anterior y si se casa con otro se convertiría en adúltera, igualmente el marido al no divorciarse, si se casa con otra también se convierte en adúltero.
Otro caso es que un marido le daba carta de divorcio a una mujer por algo simple, como por ejemplo hablar fuerte en la casa y que la escuche su vecino o que el hombre la despide porque encontró a otra más linda. Jesús está enseñando que delante de Dios y aún ante la ley de Moisés estas causas no son justificadas, por lo tanto, si alguien despedía a una mujer por esto la hacía adúltera a ella y él también se convertía en adultero. Jesús está dejando claro que un matrimonio no debe romperse por cualquier tontería.
Jesús no está estableciendo una Ley en esos versículos, sino principios que debemos evaluar. Sabemos que con esto los fariseos buscaban tentar a Jesús, haciendo preguntas maliciosas y es probable que ellos lo que querían saber era de qué lado estaba Jesús, si de la escuela de Shammai o de Hillel. Jesús en estos pasajes establece principios divinos y aunque solo menciona el adulterio, la ley de Moisés también permitía el divorcio por causa de esterilidad.
En conclusión, luego de una mujer obtener su carta de divorcio “guet”, queda libre para casarse con quien quiera, lo único que la Ley prohibía era que se volviera a casar con el hombre que la despidió. De hecho, esta fue la idea de la carta de divorcio, darle a la mujer un documento de libertad para tomar la decisión de volverse a casar. Esto viene dado a que las mujeres judías eran propiedad de su padre o de su marido y ellas no podían solicitar un divorcio, aunque en la actualidad sí hay situaciones en que una mujer puede solicitarlo, por ejemplo, si un hombre sufre de disfunción eréctil o impotencia sexual.
Nótese que el hombre hasta podía tener varias mujeres y no necesitaba un guet, era sólo la mujer, ya que para los judíos eran una propiedad más. Vemos como en los asuntos matrimoniales también se imponía el machismo judío. Un hombre podía tener varias mujeres pero una mujer no podía tener varios hombres.
Si estudia la cultura judía se dará cuenta que ellos todavía se divorcian y se vuelven a casar. No obstante, dentro de cierto círculo de fe encontramos interpretaciones tajantes y estrictas, al parecer tienen una verdad y una interpretación mejor sobre ciertos temas que la de los mismos judíos, que son el pueblo que vivió lo que tenemos hoy de la biblia.
Dentro de cierto círculo de fe no se les permite casarse a aquellos que se han divorciado, sin importar motivos, ni que fuera antes de ser cristiano, etc. Se les enseña que deben buscar a esa persona que ya no es parte de su vida, que en muchos casos ha formado otra familia y que debe esperar que venga a Cristo si no es cristiano, "que barbaridad".
Señores, esto es un atropello a la felicidad y vida de muchísima gente que está pasando esta situación. Muchos enseñan algo antibíblico, porque como mencioné, el que se divorcia en la cultura bíblica no podía volverse a casar con esa misma persona divorciada. Ahora bien, ¿cómo es posible que a una persona joven y con toda una vida por delante, por el simple hecho de una interpretación legalista se le atropelle su vida y su felicidad? Al final muchas de estas personas terminan descarriadas o pecando, otras viven una vida amargada dentro de la iglesia. ¿Acaso es eso lo que Dios quiere?
Seguro algunos dirán “No estoy de acuerdo con este estudio”, pero yo te aseguro que es porque no les ha tocado vivir esta experiencia, cuando les toque a ellos entonces buscaran un pretexto o excusa para cambiar su interpretación. Si decimos que una persona peca al divorciarse, yo le pregunto ¿acaso el divorcio es un pecado imperdonable? ¿no lo perdona Dios? Y si lo perdona, ¿no queda esa persona libre para rehacer su vida con alguien que la ame y pueda servir al Señor con una familia?
Culmino diciendo: No es bueno que el hombre esté solo. Toda persona que quede libre y tenga su guet, “carta de divorcio”, es libre para volverse a casar.
En otro estudio trataremos el tema del divorcio desde una perspectiva bíblica y cultural.
Shalom
Fuentes: Diccionario enciclopédico de la biblia, Ropero Alfonso. El evangelio según Mateo, Willian Hendrishen. Comentario Ilustrado, Thomas Nelson. Comentario Mateo, Willian Barclay. Reina-Valera 1960 (RVR1960). Comentario 1 Corintios 1, Willian Barclay.
18 Agosto 2020
Comments