La Serpiente, Mito, figura o realidad.
Este corto estudio está enfocado principalmente en la serpiente, desde una perspectiva histórica y cultural, con el objetivo de desmontar la teoría de que la serpiente de génesis era literal y que estuvo sexo con Eva. Aunque aparecen algunos datos espirituales, este estudio no está basado en un enfoque espiritual.
Muchos teólogos atribuyen el génesis a Moisés, pero habrá que hacerse las siguientes pregunta; si fue Moisés, ¿se lo dicto Dios?, en este sentido no creo que sea un dictado de Dios por algunas incongruencia que existen en el libro. Lo segundo es que si fue Moisés quien redacto el libro conforme a la tradición oral, debemos entonces entender que Moisés era culturalmente un egipcio, y debemos entonces partir desde la cultura egipcia para conocer el punto de vista del autor. Conforme a su cultura, pensamiento y tradiciones de la época.
En Egipto existían varios dioses que se relacionan con serpientes, no obstante esto existen muchas culturas antiguas donde la serpiente ocupa un lugar representativo importante. Otro dato importante es que otras culturas tenían también su principios de la creación, los nórdicos mitología germánicas y también los egipcios tenían un dios llamado atum (griego) itemu(egipcio) el cual le atribuían la creación y se definía como el que existe por si mismo. También en algunos de estos relatos mitológicos hay árboles, manzanas, serpientes etc.
Dentro de los estudiosos de la biblia se encontraran muy pocos que interpreten el texto de génesis, sobre la serpiente y la simiente de Caín de manera literal.
La mayoría de los comentaristas cabalísticos equipan a la serpiente con el iétzer hará, la tendencia auto-destructiva a alejarnos de Dios.
¿Qué se pretende decir por “tu simiente”? Algunos han sugerido que es una figura retórica que se refiere a los hombres malos. Creen que Génesis 3:15 describe un conflicto entre los hombres buenos y los perversos. Otros sin embargo creen que el significado es más amplio aún. Para ellos existe un reino del mal sobre el que gobierna Satanás. Fue él quien empoderó a la serpiente y el responsable en última instancia de lo que sucedió.
El Nuevo Testamento confirma esta interpretación en Romanos 16:20: “Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros”, y en Apocalipsis 12:9: “Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él”.
Imaginería:
Cuando leemos las escrituras debemos detenernos en las figuras e imágenes que nos muestras el texto, esto nos ayudara a hacer una correcta interpretación y una buena aplicación. No podemos olvidar que la biblia esta llena de figuras y debemos conocer sus trasfondos culturales para entender lo que la biblia quiere enseñar.
Por ejemplo: Algunas de las fuentes para las imágenes que Jesús usó en sus enseñanzas incluyen fenómenos naturales (relámpagos, terremotos, truenos, luz, puestas de sol), animales (bueyes, ovejas, perros, lobos, pájaros, serpientes), plantas (flores silvestres, espinos, semillas), agricultura (cultivar la tierra, olivos, viñas, higueras, trigo), comercio (sastres, pescadores, mercaderes, constructores), y entornos sociales familiares (bodas, hospitalidad, banquetes, crianza de hijos, la hora en que la familia se va a la cama). Jesús era muy aficionado a observar la vida humana con todos sus retos, sus dolores y sus gozos.
SIMBOLOGÍA.
Los autores bíblicos hacen un amplio uso metafórico de los animales en sus escritos. Son de destacar los nombres de animales que designan de forma alegórica a las tribus de Israel, sus descendientes y sus jefes en las bendiciones de Jacob (Gen 49) y de Moisés (Dt 33): Judá es comparado con un león, Benjamín con un lobo y Dan con una serpiente, enemiga ancestral del hombre.
Se puede rastrear el culto animal hasta las culturas nómades, sociedades en que la caza y la domesticación era esencial para su subsistencia. En el Génesis, Abel era pastor. Es probable que ante Yahvé presentó un carnero (arquetipo de Israel). Para estas sociedades itinerantes todo está en movimiento, como sus animales. Por lo tanto, su espacio es simbólicamente circular, como sus tiendas. Caín, en cambio, era cultivador, ofrece el fruto de la tierra, representa el sedentarismo (culto cananeo), la permanencia, la estática, la construcción con piedra. De hecho él funda la primera ciudad antediluviana, Enoc.
En el Judaísmo la serpiente representa el diablo, tentación, pecado, pasión sexual, y las almas de los condenados en Sheol (sepultura común de la humanidad). Pero también hay descripciones de la serpiente retorcida como referencia al conocimiento y también el brazo de la serpiente de Moisés es un símbolo de curación. Y en la Kábala el hombre primordial lleva una serpiente en el cuello.
La asimilación como demonio estaba representada a través de Tuat, cuyos genios maléficos se representan como serpientes, pero que también podían aparecer en forma benéfica y en esta expresión corresponden a las diosas Nekhbet y Bouto (57).
En Egipto la serpiente tiene gran importancia adoptando características tanto benignas como malignas. El dios Amón en su papel de dios creador, puede adoptar la forma de serpiente primordial denominada “Amon Kamutef” (“el que está en el origen del doble país”).
Me llama la atención que uno de los dioses egipcios el cual representaba el mal en el mundo el cual se llama apofis, y que también este aparecerá al final de los tiempos, así también como menciona juan de la serpiente del génesis principio de la creación conforme al pensamiento hebreo.
Entre los animales designados por su uso litúrgico, mesiánico o profético destacan:
El becerro, objeto de la famosa apostasía del Sinaí (Ex. 32, 1-16) y que, como símbolo de Yahvé y a semejanza de las representaciones idolátricas paganas basadas en la imagen de la fuerza, recibió culto en los santuarios de Betel y Dan (1 R. 12:28; Os. 8:5), algo que fue duramente censurado por los profetas (Am. 4:4; 5:5 ss.; Os. 2:4-7).
El carnero y el macho cabrío, animales propios de los sacrificios (Gn. 15:9; 22:13; Ex. 29, 1;etc.), y en sentido figurado símbolos del jefe o guía (Ex. 15:15; Ez. 34:17; Zac. 10:3) y de los imperios que se enfrentan (Dan. 8:3).
El uso simbólico de la oveja y el cordero preparan las alegorías del Cordero de Dios y del Buen Pastor (Ez 34; Jn. 10:1-18).
El león, como símbolo de fuerza y poder, representa a Yahvé (p.ej., el rostro en los querubines de Ez. 1:10, y Ap. 4:7) y más tarde a Jesús (Ap. 5:5).
El caballo, ampliamente conocido como animal de guerra, se menciona a menudo en las descripciones de batallas apocalípticas (Zac. 6:1-8; Ap. 6, 1-8; 19:11-21).
El asno, animal común en la vida diaria, es símbolo de paz y humildad, por lo cual aparece como la montura por excelencia del Mesías (Zac. 9:9; Mt. 21:2).
Entre otros.
Apocalipsis de pedro
Este Apocalipsis, que alcanzó gran circulación y mucha estima, es digno de destacar por sus vívidas descripciones de los castigos concretos que sufren los condenados por sus pecados específicos. Son atormentados por demonios con serpientes, gusanos y buitres sobre ruedas incandescentes y ríos de fuego. Incluye además una breve descripción del paraíso de los redimidos, perfumado y lleno de frutos. Debió componerse en el siglo II.
La locución del bien y del mal» no parece referirse tanto a reglas morales como a la noción del universo, cuyo conocimiento está reservado a Dios. Una vez que la mujer y el hombre, seducidos por la insinuación de la serpiente, hubieron probado su fruto, descubrieron su desnudez y conocieron la vergüenza, lo cual no significa un despertar de la conciencia sexual, que estaba ya implícita en Gn. 2:23-24.
El instrumento de la primera tentación, según Génesis 3:15, fue la serpiente. La tradición posterior atribuyó a este animal el ser instrumento de Satanás, como vemos en el NT (2 Cor. 11:3; Ro. 16:20; Ap. 12:9). Filón de Alejandría interpretó la serpiente como una imagen de la voluptuosidad. Eusebio dice que Moisés se refiere al espíritu del mal (ponerós daímon, ) como serpiente, porque está lleno de veneno y malicia (Praep. Evang. 1,10). Más recientemente, Adam Clarke ofrece un ejemplo curioso de exégesis al decir que la palabra traducida serpiente (najash, נָחָ ) debería significar «criatura del mono o especie de orangután». (Commentary on Gn.).dragon
En el NT el término drakon, solo se encuentra en Ap. 12:3, 4, 7, 9, 16, 17, etc, aplicado metafóricamente a «la serpiente antigua que se llama diablo y Satanás, el cual engaña a todo el mundo (12:9). La descripción del «dragón» está dictada por el significado simbólico de la imagen,más que por ninguna referencia a una criatura realmente existente. El culto del dragón, personificación de espíritus malignos o de los poderes de la naturaleza, prevalecía en muchos lugares, especialmente entre los egipcios y las tribus celtas.
En la mitología griega se dice que Apolo mató a la serpiente Pitón, tomando él mismo el lugar del culto a la serpiente en tanto que encarnación de una sabiduría más profunda.
RAHAB, Mitología
Heb. 7294 Rahab, רַהַב = «violento, insolente, amenazador»; Sept. Rhaab, Ῥαβ.
Monstruo femenino mitológico que aparece como serpiente de las aguas primigenias. Conforme al sentido hebreo del término, es la Amenazadora y puede tomarse como personificación del caos que se eleva contra el Dios bueno y pretende dominarlo todo. Así, aparece vinculada a la batalla primigenia en la que Yahvé, Dios bueno, creador del orden, ha vencido y dominado a la divinidad femenina del caos, como dice el libro de Isaías: «¡Despierta, despierta, vístete de poder, oh brazo de Yahvé! Despierta como en los días de la antigüedad, en las generaciones del pasado. ¿No eres tú el que despedazó a Rahab y el que hirió al monstruo marino?» (51:9-10). El texto ha vinculado las «tres aguas enemigas»: las del Caos primero (Rahab-Tanín), las del mar Rojo en el Éxodo de Egipto (cuando Yahvé lo secó para que salieran los hebreos) y las aguas que los rescatados de Dios deberán vencer al final de los tiempos. En este contexto se sitúa la victoria de Yahvé sobre Rahab, imagen femenina del caos.
Siguiendo en esa línea, el nombre de Rahab se evoca también en varios textos poéticos, donde el mar se personifica como poder que se opone a Dios (cf. Job 26:12; Sal. 89:10), pues denota fiereza, insolencia, orgullo. Con ese nombre se designa a Egipto (cf. Sal. 74:13, 14; 87:4; 89:10; Is. 30:7)como «monstruo maléfico de las aguas», que representaría el ejército de Faraón anegado por el poder divino. Lo mismo se dice en el Salmo 89 al hacerse referencia al dominio divino sobre la braveza del mar, pensando sin duda en el paso de los israelitas por el mar Rojo, para explicar a continuación: «Tú quebrantaste a Rahab como a un cadáver; con el brazo de tu poder esparciste a tus enemigos» (vv. 9, 10; cf. Is. 30:7). A veces designa al gobernante egipcio: «He aquí yo estoy contra ti, oh faraón, rey de Egipto, gran monstruo que estás tendido en medio de sus canales, y que dices: Míos son los canales del Nilo, pues yo los hice» (Ez. 29:3; 32:2; cf. Sal. 68:31). En el Sal 40:5 se hable de unos misteriosos rehabim, que pueden interpretarse como poderes mítico-simbólicos que ayudan a Rahab.
En la mitología de muchos pueblos, las serpientes están relacionadas con el origen del mundo y con la creación. La creación del universo surgiendo de una lucha titánica de deidades, monstruos, o de ambos, es un motivo bastante recurrente. En el Antiguo Testamento (AT) frecuentemente encontramos el tema de la batalla divina contra el monstruo del caos con forma de dragón o serpiente que vive en el agua. Es con la victoria sobre Rahab que se secan las aguas (Is 51, 9-10). En otros culturas, las serpientes ayudan o son las creadores del mundo. Son símbolo de la creación y del caos.
SERPIENTE
En heb. hay ocho términos diferentes que designan serpientes y no es posible precisar en cada caso la especie de que se trata. El nombre genérico más común en heb. es 5175 najash, נָחָ = «serpiente, culebra»; Sept. y NT 3789 ophis, φις = «serpiente», de donde procede el término castellano ofidio.
FIGURA Y SÍMBOLO.
La serpiente es presentada como agente e instrumento de la tentación,motivo por el cual fue maldita entre todos los animales (Gn. 3:1,14). Es evidente que una serpiente que habla no es cosa normal y se sobreentiende que la serpiente del Edén es portadora de un demonio, según una idea generalmente difundida en el antiguo Oriente. La serpiente habita en el desierto, que es la morada por excelencia de los demonios. Al parecer, el autor del relato de la caída ha procurado expresamente no presentar un ser superior perteneciente a otro mundo, e insiste en su carácter de animal creado por Dios, para evitar que los primeros destinatarios de la narración sintieran la tentación de ver en ella un ser divino, otro dios en competencia con Yahvé.
El judaísmo posterior identificó directamente la serpiente del Génesis con el > diablo (cf. Sab. 2:24), creencia recogida por los autores del NT (Jn. 8:44; Ro. 16:20; 2 Cor. 11:3; Ap. 12:9; 20:2). Por tanto, la maldición de Gn. 3:14-15 es doble: recae sobre la serpiente, animal que viene a ser objeto de horror particular para la mujer y para el hombre; y también sobre el diablo, la «serpiente antigua» cuya cabeza será aplastada por la posteridad prometida a la mujer, a saber, Cristo (Col. 2:15; Heb. 2:14).
La expectativa de sobreponerse al veneno de las serpientes (Mc. 16:18), simboliza el triunfo de los creyentes sobre las fuerzas del maligno, que se replegan ante el Cristo victorioso (cf. Col. 2:14-15).
La serpiente es un animal que aparece y desaparece, que renace después de un largo invierno de frío y de muerte, por lo que se le considera también símbolo de la fertilidad de la tierra y de la naturaleza, que se regenera anualmente. De ahí que simbolice la medicina y por ende la salud y la vida, e incluso la resurrección.
Pero así como hay serpientes inofensivas, también las hay mortales, como las víboras venenosas comunes en la cuenca mediterránea y en toda Europa; de aquí el temor ante su presencia y la fabricación de amuletos, fíbulas y objetos de carácter apotropaico. Así es como la serpiente aparece también como símbolo de la muerte asociado con el genio del mal, las tinieblas y la tierra. Parece que este animal lo significa todo, tanto la vida como la muerte.
En el terreno vivencial, Jesucristo recomendó a sus discípulos que fueran «prudentes como serpientes» (Mt. 10:16), es decir, «juiciosos, sagaces, sabios», según el sign. del gr. phrónimos,φρνιμος, utlizado en este pasaje (y en Mt. 7:24; 24:45; 25:2, 4, 8, 9; Ro. 11:25; 1 Cor. 10:15). Era una antigua creencia compartida por casi todos los pueblos, que la serpiente es un animal particularme astuto: «La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo», se dice en Gn. 3:1. La palabra heb. arum, ם עָר , «astuta», es traducida por Aquila y Teodoción como panurgos,πανοργος, que tiene un sentido negativo; pero la LXX traduce por phrónimos, φρνιμος, en sentido positivo, que es el empleado por Jesús. Las serpientes son extraordinariamente sagaces para evitar el peligro, y los discípulos son exhortados a no incurrir en persecuciones innecesarias.
También existen en Egipto dioses en forma de serpiente, como Apophis, el adversario de Ra, a veces descrito como serpiente circular, en Egipto símbolo del mundo infernal, del que el Libro de Apophis, escrito hacia 312 a.C. dice: «tú que tienes tu cola en tu boca, tú que te comes a ti mismo».
La serpiente en el mundo bíblico
En mitología, la serpiente no representa un animal concreto, sino que puede significar dragones u otros animales monstruosos, pues no aparece distinción entre ofidios y saurios, por lo que no tenemos un único término en el mundo judío antiguo para designar a este animal. En el texto Masorético de la biblia encontramos fundamentalmente los siguientes términos: לִוְיָתָן (Leviatán, liwyātān), נָחָשׁ (nāxāš) (en 54 ocasiones: serpiente, culebra, áspid, dragón; puede aparecer en sentido propio o como animal fantástico o mitológico: Gen 2-3; Ex 4, 3; 7, 15; Am 9, 3), ןינִּתַּ (tannīn) (14 veces: dragón monstruo marino, cocodrilo, cetáceo), שָׂרָף (śārāph) (6 veces: serpiente, dragón, áspid, serafines). Estos términos fueron traducidos en la bibla griega (LXX) con los siguientes conceptos: δράκων (en 41 ocasiones), ὄφις (40 veces), βασιλίσκος (2) y ἀσπίς (38). Como vemos, el campo semántico es amplio y aparecen indistintamente.
La victoria sobre el dragón significa en los mitos y fábulas la victoria sobre el caos y las tinieblas.
Veamos algunos de estos intentos de explicación de algunos estudiosos.
Según Th. C. Vriezen la serpiente no puede ser interpretada como una criatura mitológica antidivina ni como animal dualístico representando a la vida y a la muerte. La serpiente no es símbolo de muerte en el mundo semita. No es la serpiente, sino Dios quien trae la muerte en Gen 2-3, pues Dios catiga al hombre. La enemistad entre el hombre y la serpiente es provocada por Dios (3, 14-15). La serpiente puede ser interpretada como un animal mágico de vida y sabiduría, como se puede inducir de 2 Rey 18, 4 y Num 21, 9, donde se menciona la serpiente de bronce de Moisés, llamada Nejustán, y que los israelitas adorban. Dado que la serpiente representa en el mundo semita la fertilidad, el poder de otorgar la vida. Esta presentación de la serpiente como animal de vida y sabituría es usada por el autor de Gen 2-3. Él lo hizo así no porque estuviera de acuerdo con esa concepción, sino porque quiso presentar un contraste polémico y rechazar esa concepción. La serpiente representa al tentador del hombre en cuanto le seduce para que desee conocer y ser como Dios. Esta es la tentación que el autor desaprueba. Es por esto por lo que la serpiente será maldecida: de ser el animal más sabio se convierte en la criatura más despreciable[1].
C. Westermann no acepta la teoría anterior. ¿Cómo se puede atribuir que el Yahvista, autor de Gen 3, atribuya un poder hostil y engañoso a la serpiente, cuando explícitamente en 3, 1 el llamada creatura de Dios? Si la hubiera considerado enemiga de Dios, no habría podido escribir este versículo. Según C. Westermann, la serpiente no es hostil a Dios, simplemente juega su papel en el todo de la trangressión: es la solución misteriosa a la cuestión referente al origen del mal. El mal no surge del hombre o de Dios, sino de un fenómeno misterioso como la serpiente.
K. R. Joines interpreta la serpiente como un símbolo de vida o juventud regenerada, sabiduría y caos. Para los dos primeros significados simbólicos, ofrece una buena cantidad de material textual comparativo, pero para el último no ofrece ningún texto bíblico y pocos textos extrabíblicos. La serpiente de Gen 3 representa la encarnación de una extraña y destruir la humanidad, por lo que simboliza básicamente el caos.
Por su parte, F. Landy considera a la serpiente como un mediador entre oponentes, entre desnudo (עֵירֹם, םעָרוֹ / ʕeyrōm) y astuto (עָרוּם / ʕārūm) para lo cual se sirve de la similitud de las dos palabras hebreas. Al comienzo, los animales eras astutos y el hombre estaba desnudo. Por acción de la serpiente, se invierten los papeles: el hombre se convierte en astuto. Según este estudioso, la serpiente es una criatura ambigua, pero enfatiza los aspectos destructivos, caóticos y malignos. Es el principio destructor de la serpiente la que determina la generación de nueva vida. El conocimiento y sabiduría de la serpiente es un conocimiento que produce caos. Aquí llega F. Landy al problema de su argumentación: ¿En qué consiste este poder caótico y destructivo de la serpiente que por una parte representa vida y sabiduría, pero que por otra trae muerte, decepción y enemistad? Consiste en que la serpiente cuestiona todo y obrando así, trae la pluralidad de significados al mundo, la ambigüedad y la apariencia engañosa. Esto conlleva implicaciones anárquicas:la serpiente incita a la rebelión tentando a la mujer que sea Dios y destruye es status quo. Le hace creer que lo impensable es posible. El ser humano se convierte en una criatura curiosa y analítica.
1. [1] Cfr. Th. C. Vriezen, Onderzoek naar de Paradijs-voorstelling bij de oude Semietische Volken, Wageningen 1937, 173-180, tomado de C. Westermann, Genesis 323-324 2. [2] C. Westermann, Genesis 322-327 3. [3] K. R. Joines, Serpent Symbolism in the Old Testament. A Linguistic, Archaeological and Literary Study, Haddonfield, N. J.: Haddonfield House 1974, es un libro muy citado por todos los estudios al respecto, pero al que no he tenido acceso. El resumern está tomado de E. Van Wolde, “Exegesis” 17. 4. [4] F. Landy, Paradoxes, 228-245
E. can Wolde propone otra interpretación. A partir del campo semántico de las palabras hebreas conocer[2] (ירע / yādaʕ / יָדַע) y astuto (ערום / ʕārūm / עָרוּם), la serpiente hace abrir los ojos a los hombres para que conozcan y vean. Haciéndoles ver su desnudez, los seres humanos se dan cuenta de la diferencia entre la mujer y el hombre. Este conocimiento es la base de la procreación, de la renovación de la vida. Así como el conocimiento de la serpiente en relación al árbol del conocimiento (3, 5) está íntimamente relacionado a la vida y a la dimensión renovadora de la vida, del mismo modo el conocimiento del hombre-mujer está relacionado con la procreación y su capacidad renovadora de la vida. Este poder para crear vida, hace al hombre similar a Dios. Esta simultud entre Dios y el hombre es captada por la serpiente y confirmada por Dios (3, 22). Es la serpiente que ha hecho conocer al hombre esta realidad.
Pero la serpiente tiene un aspecto negativo. No es que ella diga algo falso[3], pues todo lo que dice se cumple. Tampoco es un aspecto negativo el hecho de que sedzca a la mujer (3, 13). La parte negativa de la serpiente es que no haya dicho toda la verdad. En Gn. 3, 4 la serpiente afirma la existencia de una vida sin muerte, y según Gn 3, 1-7 es cierto en cuanto que no hay una muerte inmediata, pero sí que hay una muerte al final de la vida. La serpiente niega las diferencias y límites entre Dios y el hombre, pero en Gn 3, 7b se perciben diferencias, dado que adquieren el conocimiento de la fragmentación y discontinuidad de la existencia.
La intervención de Dios altera la relación entre el hombre y la serpiente. De ser el animal más astuto, ahora se convierte en un animal maldito. La serpiente deja de ser guía y ayuda del hombre para concertirse en su enigma. Sólo una cosa permanece igual para ella: la continuación de la existencia mediante una vida renovada (3, 15). Dios confirma el poder procreador tanto de la serpiente como del ser humano. La mujer será responsable de la supervivencia humana.
Karl Jaros estudia el texto desde el trasfondo histórico-cultural. Supone que en el relato pre-Yahvista se hablaba sel “árbol en medio del jardín”. El hombre en este jardín es considerado como mortal. El árbol sagrado en medio del jardín constituiría una prueba o examen para él. Según la antropología mítica, el hombre podía alcanzar la inmortalidad saboreando sus frutos. Sin embargo, no puede alcanzar la inmortalidad de los dioses y todo intento violento del hombre por alcanzarla le acarrea en lugar de una vida feliz en el jardín, una vida llena de cansancio,sufrimiento y trabajo, cuyo final es muerte. El Yahvista crea el concepto del árbol del conocimiento del bien y del mal, y toma para ello el tema del mito oriental del anhelo del hombre por alcanzar la sabiduría divina. El hombre ya no confía más en Dios y quiere una autonomía total. La consecuencia es un acortamiento temporal de la vida. El relato quiere mostrar que el anhelo del hombre de una total autonomía lleva a lo contrario y por eso quiere prevenirlo. El significado del árbol sagrado es imagen o metáfora de la plenitud de vida. El árbol sería símbolo del Dios de la fertilidad, del amor, de vida y de fuerza.
[1] E. van Wolde, „Exegesis“ 18-20. [2] El verbo „conocer“ tiene dos significados en hebreo: conocer, en el sentido de discernir, y conocer en el sentido de conocimiento carnal o relación sexual [3] Cfr. R. W. L. Moberly, “Serpent“ 1-27. Según este autor, el tema tratado sería la retribución inmediata de la desobediencia. El Yahvista presupone que la desobediencia a Dios no conlleva un juicio y castigo inmediato, pero el castigo llegará: “It is often the case that apparently God is wrong and the serpent right, that is that Torah can be disregarded and disobeyed with impunity... [but] such impunity is in fact superficial and illusory” (pg. 18). [4] K. Jaroš, „Motive“ 204-215. Cfr. K. Holter “The Serpent in Eden as a Symbol of Israel’s Political Enemies. A Yahwistic Criticism of the Solomonic Foreign Policy?”, en: SJOT 4 (1990) 106-112.
K. Jaroš cree que el Yahvista tomó el tema del mundo cananeo para indicar que el mal entró en Israel por lo cultos cananeos de la fertilidad. Dado que la serpiente es el animal sabio, el Yahvista lleva el simbolismo a su totalidad. La total autonomía, sabiduría y conocimiento propios de Dios y a los que el hombre aspira, permanecen inalcanzables.
Muchos estudiosos modernos rechazan interpretar que el engaño de la serpiente sea en último término la voz de Satán. Dado que no hay trazas de un demonio personal en las primeras partes del AT ni una identificación de la serpiente con Satán, los exégetas modernos dudan si ésta es la intención del narrador. Se ha visto a la serpiente como símbolo de los cultos de la fertilidad cananeos, y por tanto Gen 3 ilustraría la elección que tiene ante sí Israel: ¿Deben obedecer a Yahveh o seguir a Baal? Pero es bastante improbable que Gen 3 hubiera mencionado la serpiente creada por el Señor Dios, si quería representar el enemigo de la verdadera fe. Ha sido propuesto también que en las culturas orientales las serpientes eran símbolos de vida, sabiduría y caos, temas todos ellos presentes en nuestra narración, aunque es dudoso que ésta sea una explicación satisfactoria para la presencia de la serpiente. Puede que tengamos aquí un relato mitológico muy conocido, como es el poema épico de Gilgamesh. Nuestra narración es distinta, pero tenemos también la serpiente, el hombre, plantas, la promesa de la vida, aunque aquí el hombre pierde la inmortalidad por la desobediencia, mientras que en el poema la pierde por la mala suerte. Además, según la clasificación de los animales presentada en Lev 11 y Deu 14, la serpiente es el arquetipo de animal impuro, y por tanto el que menos posibilidades tenía de poder ser ofrecido en sacrificio. Dentro del simbolismo animal del AT, una serpiente es obviamente una buena candidata para ser símbolo del anti-Dios, a pesar de haber sido creada por Dios. Para un israelita, familiarizado con los valores simbólicos de los distintos animales, no había ninguna criatura mejor que la serpiente para representar a la que lleva al hombre lejos de su creador[1].
Conclusión: el relato del génesis y la intención del autor nos es más que atribuirle a Dios la creación de todo el universo, dentro de sus figuras conforme a la época y lo que simbolizaba la serpiente. El autor está ilustrando un figura de la serpiente para dejarnos una enseñanza, esta serpiente no es más que la representación del mal, así mismo como ilustra Juan al final de los tiempos con el dragón, refiriéndose a que al final de los tiempos será exterminado el mal de este mundo.
Las figuras dragón y serpientes no tienen nada que ver con animales literales, sino figuras. Termino diciendo que aun el relato del génesis fuera literal y la serpiente en verdad hablara porque un ser espiritual la poseyó, aun así, el mismo relato desmiente toda teoría de que Eva estuvo sexo con la serpiente y quedo embarazada, ya que científicamente es imposible, espiritualmente también y lógicamente también. En fin si analizamos el texto tomando en cuenta toda su estructura nos daremos cuenta que Caín no es hijo de ninguna serpiente.
Algunas fuentes:
Diccionario Enciclopédico De La Biblia Ropero , Mitos Y Leyenda De La Biblia, La Serpiente En La Mitología Bíblica Y Germánica David Álvarez Cineira, Mitología Nordica Nebec Nobich, La Biblia Sin Mitos, Teología Sistemática Jhon Macarthur. Https://Sobreleyendas.Com/2012/02/08/Apofis-La-Serpiente-Que-Rompe-El-Orden-Cosmico/,Http://Egiptologia.Org/age_Id=1901,Https://Es.Slideshare.Net/Annnnnnnnnnnnnd/Dioses-Egipcios-81911376
04 Agosto 2020
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