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La fe del Cristiano vs el COVID-19

Foto del escritor: Expandiendo el Reino de DiosExpandiendo el Reino de Dios


El mundo atraviesa hoy uno de sus peores momentos al hacer frente a una situación que se le ha ido de las manos. La ciencia del hombre no ha podido encontrar soluciones a este mal que está afectando toda la humanidad. La economía, la salud, la fe, etc., han sido impactadas por este fenómeno llamado COVID-19.


Hoy el miedo y la inseguridad son parte de la sociedad, la incertidumbre saturando los corazones y muchos nos preguntamos “¿hasta cuándo?”, “¿hasta cuándo Dios?”.


Esta situación ha impactado el mundo, nadie estaba listo o preparado para enfrentar esto, ni el hombre de fe, ni el de ciencia, etc.


Ahora bien, la iglesia o el remanente de fe no ha quedado exento de los efectos de este fenómeno, muchos cristianos han muerto a causa de este virus y miles han sido contagiados, las iglesias han sido cerradas, cientos de creyentes han abandonado su fe y otros están tambaleando para no hundirse en el lodo cenagoso.

Cabe resaltar que muchos creyentes ignoran la realidad y quieren accionar con medidas basadas en una fe seca y vacía, que sólo muestra el nivel de ignorancia en que han vivido toda su vida cristiana.


Todavía Dios continúa enseñándonos muchas cosas a través de esta situación, aunque no todos pueden reflexionar verdaderamente el cómo está la condición espiritual del ser humano, muchos sí estamos reflexionando acerca de esto. Tenemos que preguntarnos si realmente hemos estado practicando el verdadero evangelio de Cristo o sólo hemos estado alimentando nuestras almas de un alimento que aparentaba ser espiritual, pero que realmente era más un show mediático para alimentar nuestras emociones temporalmente. Por esto vemos como muchos creyentes que tenían su fe fundamentada en un evangelio hueco y seco, hoy han abandonado su fe y se han doblegado ante el mundo.


No podemos acusar a nuestros líderes en este tiempo por no saber enfrentar esta situación, porque en verdad nadie fue entrenado para esto. Pero sí cada líder es responsable de orar a Dios para que le dirija a tomar las mejores decisiones para sus seguidores. Sabemos que Dios obrará en cada hombre que busque su presencia en este tiempo tan difícil.


Luego de que pase todo esto no podemos seguir igual, creo que Dios quiere traer un cambio de mentalidad en estos últimos tiempos y más que seguir haciendo lo mismo debemos sentarnos a reflexionar en: ¿Qué realmente Dios quiere con nosotros y nuestro liderazgo?, ¿Qué hicimos mal?, ¿Qué debemos mejorar?, ¿Qué debemos hacer?


Es interesante ver muchas congregaciones que luego de que se abrieran los templos de nuevo, continúan con la misma liturgia dentro de la congregación. Al parecer para muchos nada está pasando y nada puede pasar. Sin embargo, antes del virus miles de hombres y mujeres aparentaban tener un súperpoder y una súper unción que podían trasladar los montes. Con esto no digo que Dios no manifiesta su poder en este tiempo, sino que debemos despertar, que en verdad el evangelio se ha convertido más en un show y espectáculos que en un evangelio basado en los modelos bíblicos, tomando como ejemplo a Cristo y sus apóstoles. Ahora nos preguntamos dónde están los súperpoderosos hombres que en cada evento se sanaban cientos, hoy nadie les ve la cara. Aunque hay que resaltar que muchos por llamar la atención al inicio del COVID-2019 quisieron mostrar sus súperpoderes, pero han quedado en vergüenza porque no son más que unos mentirosos y estafadores que quieren aparentar ser súper santos pero saben que ya Dios no los escucha más y su fin con el evangelio es lucrarse, mas que impactar las almas necesitadas.


La iglesia no puede regresar siendo la misma luego de que pasemos esto, los que lo podamos pasar claro. Debemos conectarnos realmente con Dios de una manera real y pura, acercarnos más a Dios individualmente y dejar de buscar grupos para sentirnos cerca de Dios. Cada hombre debe entender en este tiempo que la iglesia es un lugar de entrenamiento, de compartir en comunión con personas que profesan tu misma fe, pero estas reuniones no te harán cristiano, eres tú mismo quien te haces un cristiano y cuando lo eres jamás lo dejarás de ser.


¿Por qué tenemos tantos creyentes que hoy han abandonado su fe? Creo que una de las causas es que el evangelio que aprendieron fue sólo de templos y cultos, pero que no pasó más allá del altar a sus almas. Cuando el evangelio de Cristo penetra hasta el alma nada puede desarraigarlo de ahí, nada lo podrá eliminar.


Es sorprendente como en el evangelio de este tiempo sobreabundan las profecías en cada servicio, pareciera que cada persona que se le entrega una oportunidad tiene una palabra profética que dar. Sin embargo, ésta y muchas otras prácticas dentro de las iglesias deben ser tomadas en consideración, ya que las palabras del Espíritu Santo impactan el alma y no todo el que está frente a un altar será usado para la profecía.


Tampoco cada servicio estará lleno de un mover sobrenatural de Dios. Debemos ya razonar y entender que no debemos ir a la iglesia a buscar una manifestación de Dios, y cuando no sucede alguna, juzgar como que Dios no estuvo en el lugar, cuando no es así. El problema es que la gente ha sido enseñada a enamorarse de la presencia de Dios, y no es malo, pero muchos terminan enamorados del poder del Creador y no del Creador, entonces cuando ese poder no está se alejan de Dios, porque no estaban unidos a Él sino a lo que Él podía hacer por ellos.


También nos han enseñado que Dios está en el templo y cuando nos sentimos vacíos o mal, vamos corriendo al templo a llenarnos o a buscar solución a algún problema, pero esto está mal. Dios no es el Dios que está en un templo, esa cosmovisión es pagana, ya que los dioses que no se pueden mover son los que sólo pueden estar en un sólo lugar y nuestro Dios es eterno y su deseo no es estar en un templo hecho de manos de hombres, sino estar en tu corazón, que es el lugar en que Dios quiere habitar y que cuando tú necesites algo sin importar donde estés sólo tienes que hablarle porque Él está ahí, en tu casa, mientras conduces, en la universidad, en el trabajo, en la iglesia, Él está en todo lugar. Saquemos esa idea pagana de que Dios está sólo en un templo.


En conclusión, el virus del COVID-19 ha debilitado la fe de muchos, pero también ha fortalecido la de otros. Si tú eres de aquellos que tienes una fe fuerte, dale las manos espirituales a cualquiera que esté cerca de ti que lo necesite. El trabajo espiritual que hay que hacer en este tiempo es muy fuerte y debemos hacerlo. Dios te escogió a ti y a mí para manifestar el reino de Dios en este tiempo. Vamos a buscar a Dios más que nunca. Olvidémonos de esa tendencia de buscar a Dios con un fin ministerial y empecémosle a buscar con un fin personal y social. Nuestra fe no se puede doblegar antes ninguna crisis, es tiempo de mostrar lo fuerte y poderosa que es nuestra fe y este es el mejor momento para hacerlo.


Si eres predicador o maestro y estás leyendo esto, debes saber que tienes un compromiso espiritual hoy más que nunca con la gente. Cuando estés frente a un pódium la gente necesita escuchar una palabra fresca que lo active, transforme, sane, motive, llene, penetre al alma, etc., no debes estar en un pódium en este tiempo sin tener presente la realidad actual y tu mensaje e impartición hoy más que nunca necesitan estar conectadas con el Eterno Dios.


Fortalezcamos nuestra fe hoy más que nunca, porque estamos en los últimos tiempos y una fe que se deshace en medio de la prueba no era fe, era sólo una idea temporal que vagaba en la mente.


03 Agosto 2020

Autor: Carlos Marte



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