En Hechos 27, dese el versículo trece en adelante, encontramos la historia de Pablo y un grupo de navegantes que atravesaban una fuerte tempestad.
Y no apareciendo ni sol ni estrellas por muchos días, y acosados por una tempestad no pequeña, ya habíamos perdido toda esperanza de salvarnos. Hechos 27:20 (RVR 1960)
Según este verso, la tempestad duro muchos días, y fue muy fuerte, al punto que los tripulantes perdieron toda esperanza de supervivencia. Ellos conocían el mar, la oscuridad lo arropo por muchos días y sabían que de esta no saldrían a camino.
Lo interesante es que en esa barca, se encontraba un hombre con una promesa y un propósito. Este hombre era el apóstol Pablo y viendo la desesperación y el miedo de todos se levanta e influye ánimo y esperanza.
Tu que estás leyendo esta palabra, quiero decirte que la tempestad o los fuertes vientos no podrán destruir la barca donde hay un hombre o mujer con un propósito. Aunque todos tenían miedo, Pablo estaba lleno de valor porque tenía una promesa.
No sé si eres el hombre de fe en tu barca, solo quiero que te llenes de ánimo e influyas en tus acompañantes ánimo, fe y esperanza. Mientras te encuentres en tu barca, los que están contigo no perecerán, tú eres quien proyecta seguridad a la barca. Sin importar cuanto sea el tiempo que lleves en tempestad y donde no veas la luz brillar, hay una promesa y un propósito que mantendrá esa barca a flote hasta encontrar tierra firme.
Probablemente tu barca es tu familia, iglesia, ministerio o empresa, pero puedo decirte que: las tempestades no podrán detener el propósito y las promesas de una persona que ha creído en quien lo llamó.
Gracias a Dios que estas en esa barca porque de lo contrario, ya se hubiera hundido y no existiera memoria de ella.
26 Agosto 2020
Carlos Marte
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